Hablando conmigo

No creo poder vivir sin escribir; sin sacar todo lo que llevo dentro de mí y que de alguna forma me alivia en cada palabra que expreso.

No creo ser yo si no escribo.

Por muy escaso que sea, por muy mío y según la importancia para quién lo lea porque escribir es para mí, uno de mis amores más grandes. Casi tanto como el que espero encontrar, casi mucho como lo que me gusta (d)escribir.

Veintidós del 8

Hace un año como deseo de cumpleaños, pedí que fuera feliz.
Muy feliz, la verdad.

Y, así ha sido: creo que he vivido uno de los años más felices por todas las cosas que me han pasado.

Para mis veintitrés y con los tres pasteles que partí, me atreví a pedir diferentes deseos pero agregando los deseos anteriores: pedí ser feliz, pedí que pudiera con todo y contra todo, pedí que el amor no me faltara. Al soplar las velitas para el último pastel, me dije los tres deseos como quién cree en Dios: con fe y esperanza. Le agradecí más días de vida para disfrutarlos a plenitud y que me ayudara con mis malos ratos, por que al fin y al cabo, los necesito para aprender. Ser feliz también tiene sus altos y bajos pero creo que con el p(a)esar de los (d)años te enseña que vos podés.

Solo hay que mirar hasta donde has llegado.

Tres de noviembre

Amanecer con alguien no es lo mismo que despertar con alguien.

No todos los hombres despiertan deseo en mí. Hay quienes van más allá y logran tocarme sin necesidad de algo físico.

Esos, usualmente, son muy escasos... Raros de encontrar pero existen. Lo sé porque tú eres uno de ellos.

Sentimiento de amor

Mi casa.

Más que mi casa, mi hogar.

Más que mi hogar, mi gente.

Sensaciones. Olores. Risas. Abrazos. Calor. Amor. Comida. Emoción. Besos. Cariño.

Los momentos cuando los días quiero alargarlos, quiero guardarlos y apretujarlos para que vivan conmigo siempre.

Creo que tengo la obligación de buscar maneras de demostrar mi gratitud por la vida que disfruto.

Una con la noche

Cuando llegué a aquella ciudad, las películas eran parte del escape que yo quería hacer y no me atrevía. Todavía no en ese entonces. Miraba muchas películas y debo decir que me llamaban la atención aquellas con temas polémicos, esas películas que no podes ver en familia. Gran parte de esas películas me ayudaron a abrir los ojos, un poco al menos.

Cuando llegué a esa ciudad, había leído un par de libros que también fueron parte importante del escape que yo quería en mi vida. Quería disfrutar de la noche y sus mil historias, historias que al día de hoy llevo plasmadas en la piel y que no puedo escribir todavía; no al menos con toda la libertad que me gustaría por respeto a mis papás y no tanto al qué dirán. Llevo esas historias que tanto leía en libros y que deseé llevarlas a cabo.

Sin embargo, debo decir que lo vivido ha sido mejor y hasta inigualable porque no creí que podía llegar a cumplirse. Me he refugiado en la noche muchas veces y me he dejado llevar por ella para descubrirme... Cada vez es diferente y cada ocasión es una historia más que mis ojos gritan si es que alguien se detuviera a observarme.

Me vuelvo una con la noche y esa es una de mis múltiples maneras de escape.

Con fecha de junio

Me gustas.

Repítelo.

Repítelo, quiero escucharlo una vez más.

"Me gustas, A."

Con tu voz y entonación a esas dos palabras junto a mi nombre.

Me gusta gustarte.

No. Me fascina gustarte. Saber que el sentimiento es mutuo, confirmarlo y que esas dos palabras se hagan eco en mi cabeza para oírte mil veces más.

Promesa rota

Contigo disfruto de hacer una misma carne.

Contigo gozo y puedo ser yo misma, la que se esconde bajo esta piel.

Contigo río más de la cuenta cuando lo hacemos, cuando haces sentirme tuya sin dejar de yo.

Contigo es conexión y no solo diversión.

Contigo es diferente.

Nunca sabrás cuanto.

Hasta hoy.

Encuentro de un instante (recuerdo para no olvidarle)

Puedo sentir tu respiración.

Desde este lado, desde que tu imagen se aparece en mi cabeza.

Puedo sentirte y te oigo, puedo desde aquí escuchar tu risa.

Ya te estoy imaginando desde antes que te vea, ya nos veo basándonos y desde aquí, ya puedo sentirte.

Entonces, llegas.

Llegas y achacas mis arrebatos como solo tú sabes.

Llegas y me llevas adonde tú quieras porque sabes que mi respuesta es un sí desde antes que preguntes.Subrayo una de las cosas que más me gustan y emocionan contigo: me dejo llevar y soy. Contigo soy como no lo he sido antes.

Contigo siento que puedo revelar todos mis yo (y así ha sido) y sin quererlos dominar, los has apaciguado.

Me has abrazado cuando ni yo me he sentido abrazable.

Sigo escuchando tu respiración cuando me llevas a ese lugar que se ha vuelto nuestro refugio, puedo palpar tu emoción coincidiendo con la mía y sonrío.Te ríes para besarme y tu respiración aumenta cerrando los párpados para ahondar la satisfacción, para sentirte más, para guardar el momento en mi memoria y para que recorra mi cuerpo como electricidad a mayor brevedad; la adrenalina siempre forma parte de tu ecuación.

Ahora ya no es solo tu respiración sino, la de los dos: jadeante, pujante y placentera. Distingo tu gozo al escucharte sellándolo con tu tacto hacia mí, hacia el cuerpo que deleita tus ojos. Sin decírtelo con palabras, sientes el deseo que gime por más: más de ti. La lujuria me desborda y me hace perder la respiración por segundos para alcanzar el mayor placer, para saborear mejor tu ser y moldearme a tu antojo para disfrutar de la excitación.

Con una incesante intención, me acorralas y mis ganas también te atrapan. No hay retornos, solo existe el hacer y disfrutar.

Entre tanta intensidad, se da el final feliz: llegar a la cima y explotar de la risa.Es aquí donde tu respiración se calma junto a la mía.

Entonces, me doy por vencida para volver por la revancha.

Y, puedo sentir como tu respiración encuentra la calma y me abraza.

Si me preguntas...

Hay hombres que me inspiran amarles y hay hombres que no causan influencia en mí.

Hay hombres con quienes dormir es una

forma de hacer el amor y otros, los demás con quienes no duermo por pecar.

Hay hombres que el amar se les da natural y hay hombres que te hacen querer enseñarles como.

Hay hombres con quienes he sido alguien que no soy por el puro placer del juego y hay hombres con quienes me he desnudado sin quitarme la ropa.

Hay hombres con quienes me apetece quedarme y hay hombres que no me han dejado escapar.

Hay hombres a quienes he besado con mentiras y hay hombres a los cuales los he bañado en besos.

Hay hombres que han sido para mi deleite y hay otros que se han deleitado por mí

Hay hombres a los cuales les lloré y hay hombres a quienes no les dediqué ni un suspiro.

Hay hombres a los que quise pero no supieron quererme y hay quienes me recalcaron cómo debía hacerlo.

Hay hombres que incendiaron mi cuerpo y hay quienes supieron llegar hasta mi alma.

Noches de la ciudad

No sé desde cuando lo supe pero sí recuerdo la noche en la que descubrí cuán tentativas pueden llegar a ser las madrugadas cuando estás con la personas correcta.

Lo adictivas que se vuelven cuando cedes a lo que el cuerpo pide, cuando te dejas ser y disfrutás.
Perderse en el goce y restar importancia a lo que está a tu alrededor.

Todo cabe en las noches de la ciudad... Donde el momento lo guardas en las carcajadas que das.

Pertenencia

Me sabes a hogar.

Contigo pertenezco. 

Adónde sea que estemos.

Con otros ojos

Año y medio después, le ha visto a los ojos. 

Se atrevió a verla y a mantenerle la mirada esa tarde que, a creencias de unos y rechazo de otros, juega el azar al encontrarnos. Notó cómo la sonrisa seguía siendo la misma y sin embargo, le pareció que había algo diferente en ella. O, quién sabe, quizás un quién. 

No se arriesgó a pensar en quién porque era evidente: se había encontrado a sí misma y se estaba amando tal cual. Resplandecía. Su cabello y sus ojos brillaban. Se observaba más confiada de sí. Su cuerpo vibraba con la seguridad puesta en ella...

Era tan evidente su cambio que, se le podía distinguir entre la multitud.

Ya no

No le puedo volver a ver con los mismos ojos.
No le puedo volver a besar con la misma boca.
No le puedo volver a creer cuando conozco todas sus mentiras.

No... Contigo ya no.

Porque yo ya no soy la misma.

Despertar

Le he dado la vuelta al mundo y en lo poco que conozco, he vuelto a ti.
Tú, que has viajado pero no has conocido, has estado siempre para mí. Déjame que así lo piense, que así me lo crea; como un paliativo a todo lo que ha ocurrido entre nosotros.

Sin embargo, regresamos.
Sin embargo, aquí estoy frente a ti con una oportunidad más a la cuenta que ya perdí.
Sin embargo, ahí estás: tratando conmigo y enfrentando todos los obstáculos que me esmero por darte para que salgas vencedor como solo tú sabes.

Siempre vuelves porque nunca te has ido y siempre me haces regresar a ti aunque me despida centenar de veces.

He ahí nuestra sentencia.

Besayuno

Besayúname.

Despiértame como solo tú sabes, házme a tu antojo y derríteme para tu deleite. Que esa sea tu satisfacción, que yo sea tu premio porque te esmeras al querer merecerme.

Tócame.
Dame uno de los besos que sellé en tus labios y repártelo entre mi cuerpo.

Acaríciame.
Que sea tu fino tacto el que me despierte del sueño que al pestañear ya es una realidad.

Háblame.Susúrrame al oído y que tu cuerpo evoque los sonidos que necesita expresar, esos que me causan excitación y quedan grabados para repetirlos en mi intimidad.

Obsérvame.
Que tus ojos no resistan a dejar de mirarme y compartir el deseo que guardas en el iris.

Besayúname.
Hazme y deshazme para construirme a tus ganas a modo que el paraíso sea contigo mas no surreal.

Arriesgando pertinencias

Estoy por verle.
Estoy por verle aunque mi orgullo grite que no, a pesar de que mi mente piense que es una mala idea y mi corazón salta por brindar esta oportunidad.

Me estoy arriesgando. Me estoy arriesgando y eso es lo que pasa cuando le das la confianza a alguien, cuando pones una parte de ti en alguien y querés que ese pedacito crezca.
Estoy dando el beneficio de la duda. 

Y, estoy por descubrir con cuantas dudas me va a dejar pensando al verle... Cuantas dudas después de esto.

Estoy por verle.

(Re)Construir

A veces creo que necesito un nuevo corazón.

Uno que no conozca de tristezas ni de vacíos, uno que solo sea amor. Uno que pueda albergar más cosas buenas y que no llore, que nunca llore ni sienta dolor; que no sepa que son los nudos de la garganta y como se conectan con el corazón, que se aguante las lágrimas y no sienta asfixia de todo lo que no sabe expresar, de lo que no encuentra como decirlo o qué decir.
Un corazón valiente, más que este que ya tengo. Un corazón sin miedos y que nunca los conozca, que el miedo no lo invada ni lo carcoma. Que sea intocable y hasta invencible de quien quiera hacerle mal.

A veces me gustaría tener un nuevo corazón.

Entonces recuerdo que puedo hacer uno de los pedazos que soy... Estoy por intentarlo.

Sin regreso

Creo que a medida vas creciendo, hay ciertas cosas que te das cuenta lo difícil que es decir "no" y cuanto trabajo lleva cumplirlo. Terminar con una relación toxica es una de ellas.

Me he cansado de darle el beneficio de la duda a mucha gente y de seguir creyendo que pueden cambiar. Después de las sextas y octavas veces que repetían sus errores o de las veces que hacían cosas nuevas, estoy harta de oír sus disculpas y sus llantos falsos.

No puedo más y no quiero más.

Ya no.

Yo no lo merezco.

Y ya no lo voy a permitir.

Yo, conmigo

De todos los hombres que me han amado y yo no los amé.

Cada uno destacaba por sus diferencias y en mis ratos de desasosiego, en mis momentos de liberación con mi cuerpo y mente disfrutaba hacer de ellos uno solo.
Unir todos sus atributos para saciar mi sed, para calmar mi ímpetu...
Porque al final, después del sabor que dejaban en mi memoria, volvía a estar yo. Sola. Conmigo y mi cuerpo.

Aprendí a estar sola estando con ellos.

Adorno a la verdad

"¿Te has puesto a pensar en lo transparentes que queremos ser?", preguntó mientras miraba hacia la ventana. "¿Te has puesto a pensar que, queremos ser transparentes y que por eso mentimos compulsivamente? Mentimos de una manera casi sobrehumana".

Continuó observando hacia la ventana mientras decía: "mentimos para sobrellevar mejor la verdad, para adornarla. No solo para nosotros también para quienes nos rodean."

Equisciente

No recordaba la última vez que había escrito para alguien que no fuera ella pero echó a andar su cabeza pensando: había dejado de plasmar lo que sentía en una tercera voz cuando sintió que estaba viviendo realmente, cuando lo experimentado era el menú diario y ya no un invento, ya no una ilusión de lo que le gustaría que pasara. Empezó a vivir cuando se enfrentó a su yo interno y al qué decir de aquel infierno en pueblo chico que alguna vez la llegó a asfixiar.
Con el tiempo, le restó importancia y aprendió a quitarse cada vez un poco los paradigmas que albergaba consigo; vendas oscuras impuestas por sí misma que no la dejaban ser a plenitud.

Le ha costado, no puede negarlo.

Ha llorado más veces de las que creyó llorar y aún así, la risa la ha acompañado mucho más de lo que se pudo imaginar.

Blur

I don't know why but sometimes I get the feeling that what I'm living is a blur: I can't tell if it's really happening or if I'm dreaming it.

I get to experience what surrounds me in a way so intense, that it almost feels heavy.

As if you can touch it but when you try, you notice you can't.

It's there but it's faded.

It has only stayed in your memory.

3 deseos (muy personal)

Hace un año como deseo de cumpleaños, pedí que fuera feliz. Muy feliz, la verdad. Y así ha sido. Creo que he vivido uno de los años más felices por todas las cosas que me han pasado. Porque las cosas buenas le han ganado a las malas, han sido más cosas buenas esta vez. 

Lo bueno me está pasando porque lo mejor está por venir, me gusta pensarlo.

Para mis veintitrés y con los tres pasteles que partí, me atreví a pedir diferentes deseos pero agregando los deseos anteriores: pedí ser feliz, pedí que pudiera con todo y contra todo, pedí que el amor no me faltara. Al soplar las velitas para el último pastel, me dije los tres deseos como quién cree en Dios; con fe y esperanza. Le agradecí más días de vida para disfrutarlos a plenitud y que me ayudara con mis malos ratos, por que al fin y al cabo, los necesito para aprender. 

Ser feliz también tiene sus altos y bajos pero creo el p(a)esar de los (d)años te enseña que vos podés. Solo hay que mirar hasta donde has llegado.

Encuentro al cambio

Hace dos años escribía sobre mi necesidad de sentirme libre.

En el presente, me veo en la urgente necesidad de ser libre; de quebrar el concepto que construí hace dos años y de encontrarle una manera real de vivirlo.
No sólo necesito sentirme libre, no solo necesito serlo porque necesito vivirlo en la piel valiendóme por mis propios medios que de una forma u otra, voy a lograr.

No nací para ser detenida por quienes me engendraron ni por quienes me rodean: yo nací para ser imparable.

Y ahora tengo la importante necesidad de demostrarlo a mí primero y de probarle a los demás que yo puedo.

Yo sí puedo porque yo soy.

A través del espejo

Tengo la página en blanco frente a mí y trato de pensar en qué escribir.
Mejor dicho, en quién.

Ningún nombre brota en mi mente, ni siquiera un recuerdo por los que tengo a vastedad. Trato de buscar en mis memorias y a pesar de que más de algún nombre (o mejor dicho, hombre) ha despertado cierta pasión en mí, sé que ha sido a medias; reconozco que ha sido a medias.
Encendieron mi cuerpo más no mi alma.

Trato de pensar en quién escribir y a quien encuentro es a mí.

Salvación

Desde que descubrí escribir creí que había sido mi salvación.

Con el pasar del tiempo, también descubrí que es una condena.

(Por que) no hay manera de salvarse si no tiene condicionantes.

Condena

Si la condena llega a tus ojos, ¿qué vas a hacer?
Si por un instante podés cambiar lo que ves, ¿lo vas a hacer?

¿Qué pasa si no lo podés ver pero de alguna manera, lo sentís?
¿Qué pasa si dentro de ti, tu instinto grita y sabe lo que sentís?

Aunque no quieras reconocerlo, te pregunto: ¿qué vas a hacer?
¿Vas a parar?
¿Vas a dejar de hacerlo?
¿Vas a hacer que no pase?
¿Estás dispuesto a hacerlo?

O, ¿vas a gritar y llorar de la incertidumbre de creerte que no es lo suficiente,

de creer que tus intentos son en vano?

Dime: ¿qué vas a hacer?
Te repito: ¿vas a dejar que suceda?

Más que como soy

Soy difícil de querer... Mas no se diga, amar.
Lo sé: soy difícil.

A simple vista pueda que no lo parezca y conforme pasa el tiempo, te irás quitando la venda.

Soy difícil y no lo niego.
Soy difícil y no puedo pedir que me quieran más que como soy.

Silencio en mi boca

Sucede que un día dejás de escribir tus historias por que te das cuenta que las llevás a flor de piel.
Que todas esas letras que podés escribir están en tus ojos, que lo has guardado en tu mirada si es que alguien se atreve a observarte. Dejás de preguntarte los 'porqués' y empezás a buscar el 'cómo' te sentís para expresarlo, que no se quede encerrado dentro de ti.

No lo decís pero tus ojos lo gritan.
No lo contás pero tu cuerpo lo baila.
No lo crees posible hasta que pasa...

Y conoces hasta llegas a afirmar, que cada uno de nosotros es un mundo por recorrer, que todos cantamos historias (escuchás si prestás atención) y no nos damos cuenta por el ruido que está alrededor.

Entonces, lo entendés y sabés que no sos el mismo porque podés llegar a ser mejor.

Si quieres

Desde aquí puedo escuchar tu corazón latiendo. 

Puedo sentir tu respiración.

Desde este lado, tu imagen se aparece en mi cabeza. 

Puedo sentirte y te oigo, puedo desde aquí escuchar tu risa.

Desde aquí puedo sentir tu corazón palpitando.
Desde aquí te sonrío y te acompaño con lo feliz que me siento.

Quédate.
Quédate y regresa solo si así lo pide tu corazón.

No quiero nada que tú no quieras.

Beso

Bésame.

Devoráme.

Házme.
No dejes que mi fuego se apague.

Bésame.
Dame los besos que todavía me faltan en la cuenta infinita que tú y yo tenemos.

Palabras de alguien que la quiso

Se quedó sola y sin embargo,
ya no huye. Debo aclarar que yo no la abandoné y nunca quise hacerlo. Siempre he estado al tanto de ella, incluso después de los años.

Era joven cuando le conocí y en más de algún momento, dudé de mis acciones. Dudé de mí porque había una voz (unos le llamarían conciencia, pero yo nunca he creído en esas cosas) que me prohibía el impulso.
Aun así, yo sentí que debía tenerle. Debía ser mía.

Necesitaba a alguien que creyera en ella. Me gustaría creer que le ayudé, me gustaría creer que le enseñé cuanto pude y no solo a querer.
Ha pasado ya un tiempo y ella sigue conmigo. No quiero dejarle.
Aquí todavía es ayer.

Sola

Las personas que aprendimos a estar solas, somos las mejores compañías: queremos por gusto, nunca por necesidad. 

Y si nos compartimos, lo hacemos de verdad.

Fragmentos de una historia que no sé escribir todavía

Le dejó el último beso en la frente mientras dormía. Lo miró por una última vez mientras vestía y salió en la oscuridad de la madrugada.

Caminó hasta tomar el carro y al llegar a su casa empezó a escribir.

Tres días después y todavía no se le ocurre qué escribir. No sabe si escribir de la soledad que se puede llegar a sentir aún estando en compañía o de las decisiones que se toman estando solo.

Se ha encontrado queriendo estar donde sea que la otra persona este, donde y con quien se siente pleno.

Tres días después ha aprendido que uno no es de donde pertenece sino de donde se siente libre.

Cuidado

Me ando con cuidado para que no se entere nadie que me la paso bien, que la vida me funciona y que soy feliz a muchos ratos.

La gente es capaz de hacer cualquier cosa cuando ve una sonrisa.

Incógnita

Cerró los ojos y contó hasta diez tratando de calmarse. Respiró. Hizo una pausa para tomar más aire y suspirar.

Sonó el celular y manteniendo los ojos cerrados, lo cogió de la mesa de noche para contestar: era Elena, su novia deseándole un buen día. Su voz lo animó un poco y dejó de lado como se había sentido al despertar. Se despidió de ella diciéndole que ansiaba verla para almorzar. Elena sonrió y colgó.

Max apretó sus párpados y de un salto, se levantó de la cama. Tomo una ducha, se vistió frente al espejo y se perfumó sonriendo para sí.

Al entrar en la cocina, ya olía a café. Tomó el desayuno con la mente en blanco, tratando de concentrarse en lo que estaba comiendo. 

Fue entonces cuando todo sucedió.

Frente al espejo

Entró al baño. Tratando de buscar un escape, quizás.

Arrecostado sobre la puerta, tomó un breve respiro y luego, suspiró. Se puso la mano derecha en el pecho e intentando calmarse, volvió a dar breves respiros. Tenía la otra mano sudorosa. Así se la sentía y la cerró en un puño.

Dio otro corto respiro cerrando los ojos esta vez. Al ver oscuridad, suspiró. Apretó el puño izquierdo con fuerza y volvió a suspirar para abrir los ojos después.

Fue hasta ese entonces que se dio cuenta que el baño en el que estaba era grande y lujoso, muy bien iluminado.

Se fijó que había un enorme espejo justo enfrente de sí que lo estaba retratando. Observó a detalle su reflejo y se miró asustado como si la imagen estuviera distorsionada, como si ese no fuera él. 

Ese no era él. 
Ese no podía ser él.