miércoles, 24 de mayo de 2017

Tiempo en otra ciudad

Vi el reloj y eran las 11:11.

Qué cliché más tonto, lo sé.

Vi la hora y pedí por ti.

Vi la hora y te pedí.

Vi la hora y pensé en ti.



Vi la hora pero yo te vi a ti.

Camino

No sé adónde quiero ir. No sé más bien, adonde quiero estar.

Veo partes de mí, etapas de quien he sido y me siento tan lejos a lo que un día fui. Me digo que me he encontrado pero al mismo tiempo, sé que es necesario perderme; perderme para reencontrarme, saber quién soy ahora y quien he dejado de ser.

Extraño lo que he hecho, echo de menos personas y lugares que me han ayudado a descubrirme y me han puesto a pensar, sentir, creer. Personas que se convierten lugares, hogares donde pasar y no dejan marca, no borrarán nunca su marca; lugares que me han servido y han sido cuna de mis sueños, de mis anhelos y temores acompañados de fracasos. Sigo. Sigo porque no quiero estancarme, no es mi naturaleza y sigo en este largo viaje.

He crecido. He crecido y estoy creciendo me repito constantemente. Me sorprende y me emociona ver cuánto he caminado pero quiero ver más allá de mis ojos, quiero ir adonde mis ojos no alcanzan a ver.

Voy, voy, voy.

No sé cuando llego pero voy. Voy en camino.

martes, 16 de mayo de 2017

Sin tiempo eterno

Escribir ha sido siempre mi escape.
Escribir ha sido desde que puedo recordar, mi forma de libertad. 

Me he dicho muchas veces que los que huyen son cobardes y los valientes son aquellos que enfrentan las cosas cara a cara; he sido ambas. En diferentes momentos de mi vida, me he valido de ambas: he sido valiente para las cosas que hacen los cobardes y viceversa; he huido y tratado de correr para que el pasado no me alcance y por ello, me ha ido mal. 

No voy a mentir: mi vida ha sido un sube y baja, montaña rusa pues de emociones y de lo que se quiera imaginar. Sin embargo, los momentos felices y los buenos ratos le han ganado a las veces que me ha ido mal, que han sido muchas. 

He corrido al pasado y he tratado de apresurar el futuro buscando respuestas en personas quizá, lugares, sentimientos... y cuanto más me he empeñado en preguntar, he quedado con más dudas. 
Sigo, seguiré porque las ansias que tengo por conocer lo que aún desconozco no creo que puedan terminar.

Me miro, me miro constantemente y hablo conmigo. No me entiendo, no creo nunca poder hacerlo y he descubierto que mis acciones van acompañadas por estrategias e impulsos que he aprendido a manejar, que he aprendido que me hacen ser la persona quien soy y me he llegado a aceptar: Me he elegido. 

Camino por los lugares donde ya he estado, los revivo en mi mente y los toco; Olvidar o recordar, rompecabezas de imágenes que me acompañan y me abrazan. Personas, lugares, sentimientos que han sido, fueron y serán; huellas y no marcas, tiempo versus relatividad. 

No quiero huir, no quiero correr y no sé adonde quedar.
Estoy, soy, pienso y existo. 

Me vuelvo a mirar, me miro las veces que me sean necesarias para recordarme que soy mi propio problema y solución. Me lo digo, me lo repito, me lo grabo.  

Me miro y sigo. 
Sin prisas pero sin pausas que yo sabré llegar. 

lunes, 15 de mayo de 2017

Apego

De verdad hubiera querido quedarme contigo. De verdad.

Me hubiera gustado saber si teníamos un después aunque me pregunto si tuvimos un antes.

Te extraño.
Adonde quiera que estés, te voy a extrañar.

Sos el apego que más se ha parecido al amor.

Adonde vayas, acuérdate de mí.
Y si me extrañas, escríbeme de vez en cuando.

domingo, 7 de mayo de 2017

Pausas al infinito: Sé que estás

Todavía tengo en los labios el último beso que me diste. Aquel, que me diste jugando. Ese que me diste sonriendo. Siento como si fue ayer y a veces no sé cuánto tiempo cabe en ayer.

Me había negado a escribir… sobre todo, me negué a escribir de ti. Cualquier pensamiento que tenía con urgencia en medio de mis dedos, lo hice desaparecer; dejé de pensar. En todo. De todos. De mí. Sin olvidarme de ti.

Un día de abril (¿o fue septiembre?), no sé si recuerdas, dijiste: a veces cuando las personas se van es cuando más se quedan. Seguiste mirando la televisión (y bebiendo cerveza) como si no hubieras dicho nada, como si no pasara nada. Ignorando (como siempre) lo que sentías pero por momentos se escapaba de tu boca. No encontré qué decir y solo fui valiente para abrazarte.

Como son las cosas porque supe, después de haberte oído, que ese pensamiento tuyo se quedaría conmigo; se grabó.

He muerto muchas veces en estos días y nadie se ha dado cuenta.

He vivido más de lo que puedo contarte y aun así no me basta.

Te quiero conmigo, te quiero para mí. Necesito tocarte, verte. Aunque sea verte sentado a la par mía sin decir nada porque sé que estás. 

Nunca entendí de compañías ni la importancia de ellas hasta ahora.