Besayuno

Besayúname.

Despiértame como solo tú sabes, házme a tu antojo y derríteme para tu deleite. Que esa sea tu satisfacción, que yo sea tu premio porque te esmeras al querer merecerme.

Tócame.
Dame uno de los besos que sellé en tus labios y repártelo entre mi cuerpo.

Acaríciame.
Que sea tu fino tacto el que me despierte del sueño que al pestañear ya es una realidad.

Háblame.Susúrrame al oído y que tu cuerpo evoque los sonidos que necesita expresar, esos que me causan excitación y quedan grabados para repetirlos en mi intimidad.

Obsérvame.
Que tus ojos no resistan a dejar de mirarme y compartir el deseo que guardas en el iris.

Besayúname.
Hazme y deshazme para construirme a tus ganas a modo que el paraíso sea contigo mas no surreal.

Arriesgando pertinencias

Estoy por verle.
Estoy por verle aunque mi orgullo grite que no, a pesar de que mi mente piense que es una mala idea y mi corazón salta por brindar esta oportunidad.

Me estoy arriesgando. Me estoy arriesgando y eso es lo que pasa cuando le das la confianza a alguien, cuando pones una parte de ti en alguien y querés que ese pedacito crezca.
Estoy dando el beneficio de la duda. 

Y, estoy por descubrir con cuantas dudas me va a dejar pensando al verle... Cuantas dudas después de esto.

Estoy por verle.

(Re)Construir

A veces creo que necesito un nuevo corazón.

Uno que no conozca de tristezas ni de vacíos, uno que solo sea amor. Uno que pueda albergar más cosas buenas y que no llore, que nunca llore ni sienta dolor; que no sepa que son los nudos de la garganta y como se conectan con el corazón, que se aguante las lágrimas y no sienta asfixia de todo lo que no sabe expresar, de lo que no encuentra como decirlo o qué decir.
Un corazón valiente, más que este que ya tengo. Un corazón sin miedos y que nunca los conozca, que el miedo no lo invada ni lo carcoma. Que sea intocable y hasta invencible de quien quiera hacerle mal.

A veces me gustaría tener un nuevo corazón.

Entonces recuerdo que puedo hacer uno de los pedazos que soy... Estoy por intentarlo.

Sin regreso

Creo que a medida vas creciendo, hay ciertas cosas que te das cuenta lo difícil que es decir "no" y cuanto trabajo lleva cumplirlo. Terminar con una relación toxica es una de ellas.

Me he cansado de darle el beneficio de la duda a mucha gente y de seguir creyendo que pueden cambiar. Después de las sextas y octavas veces que repetían sus errores o de las veces que hacían cosas nuevas, estoy harta de oír sus disculpas y sus llantos falsos.

No puedo más y no quiero más.

Ya no.

Yo no lo merezco.

Y ya no lo voy a permitir.

Yo, conmigo

De todos los hombres que me han amado y yo no los amé.

Cada uno destacaba por sus diferencias y en mis ratos de desasosiego, en mis momentos de liberación con mi cuerpo y mente disfrutaba hacer de ellos uno solo.
Unir todos sus atributos para saciar mi sed, para calmar mi ímpetu...
Porque al final, después del sabor que dejaban en mi memoria, volvía a estar yo. Sola. Conmigo y mi cuerpo.

Aprendí a estar sola estando con ellos.