viernes, 31 de marzo de 2017

Lo que guardo para ti

Guardo conmigo el beso que no te di.
Guardo conmigo aquel último beso que deseé haberte dado.

Escucho tu risa en las silenciosas noches y recuerdo tu forma de ser, recuerdo y añoro tu forma de ser conmigo. Porque tú nunca mentiste, porque tú nunca fuiste alguien que no era.

Siempre fuiste tú: real e irreverente, fiel a sí mismo y con mucho amor por dar.



Guardo ese beso porque sé que te lo voy a dar.

sábado, 25 de marzo de 2017

Pausas al infinito: Cierra tus ojos

Contigo cometí un error y no sé si es del que más me arrepiento: Cerré los ojos al besarte.
Me dejé llevar, me venció tu cariño y me atrevo a decir, amor. Cerré los ojos automáticamente contigo.

Contigo cerré los ojos y yo, yo que me enorgullecía de mi racha de mantener los ojos abiertos para que vengas tú, me acaricies los labios, me tomes despacio y me beses con intensidad, ganas; me beses diciéndome que me quieres sin decirlo.

Tú, tú cuando me ves me acaricias para desnudarme con la mirada.

Luego, me levantas la ceja y te miro fijamente insinuando que te quiero besar. Por que sí: Sí me gusta besarte por mucho que me lo niegue. Me gusta la forma en como te preparas para el beso, la forma en como buscas mis labios y dices encontrar un confort conmigo, como abres los ojos luego de besarme como quien no cree lo que acaba de pasar y me sonríes con tus dientes blancos (a pesar que fumas) para decir:

<Con besos así me voy a terminar enamorando de ti>.

lunes, 13 de marzo de 2017

Espectro

Abrí los ojos y ahí estaba: Sentada en el sillón enfrente a mi cama observándome con una cara burlona y una sonrisa pícara, casi malévola. 

Sí: me dio miedo. Me dio miedo verla; Ver como me miraba, ver como se le iban los ojos viéndome mientras yo estaba muda del pánico sin hacer nada. Cerré y volví a abrir los ojos porque pensé que estaba soñando pero no, era real. Ella se rió cuando vio mi cara incrédula de lo que estaba pasando. Sentí más miedo en ese instante.

En ningún momento me quitaba la mirada de encima. Se fijó del pánico y de lo asustada que estaba pero aún así continuaba sonriéndome y esperando que yo hablara.
No sé como me motivé a pronunciar palabra y ni siquiera recuerdo lo que le dije pero, tengo presente la forma en que me contestó, su voz dulce y suave: 
«Créeme... Ni yo que soy vos sé como he llegado a esto.»

Sentí que mil pedazos de mi cabeza se hacían añicos para poder procesar esa respuesta y no podía creer lo que veía: Una mujer desgastada y hasta con cierto aire de miserable. Sin embargo, lo mas increíble era lo que transmitía ella por sí sola, su presencia y su mirada, tan triste que ni los cuervos hubieran querido comérsela. 

Se levantó del sillón para soltar carcajadas espantosas de burla y los ojos comenzaron a sangrarle. Con los ojos desangrados, me seguía mirando y no sé como yo no desprendí mi mirada de ella, tampoco.

De un momento a otro, parpadeé  y ya no estaba. Abrí los ojos nuevamente pero mis párpados cayeron cerrándose. 

Cuando volví a abrir los ojos fue solo para darme cuenta que ya estaba amaneciendo.

jueves, 2 de marzo de 2017

Dos mil catorce

Te acuerdas de esa vez que te dije que te quería? Mentí.

Ahora más que nunca pienso que fuiste capricho, ganas, un simple deseo banal mas. 
Me quisiste, lo sé; me quieres, lo sé. Aunque lo niegues ahora. Yo fui todo y soy todo lo que no vas a volver a tener. Jamás en tu vida. Nadie más te va a encender y estremecer el mundo como yo lo hice, nadie te va a sacudir para preguntarte que te pasa, para fingir interés como yo lo hacía, para darte una mísera mirada y saber que aun con eso, soy la dueña de todo lo que  llamas amor. 

De ti solo me recuerdo de lo que no sentí: eso, que todavía quiero encontrar. 

No pudiste conmigo. 
Tenerme en tus manos era desgastarme.