jueves, 18 de diciembre de 2014

4:20 PM


El tiempo es invencible.
El tiempo nunca ha sido eterno.
Pasa y consume. Deja. Se va y no le importa quien vaya con él.
El tiempo no perdona; es justo.
Es sabio aunque cueste entender sus razones.
El tiempo no come; devora. Tampoco duerme ni llora.
No tiene miedo pero a veces asusta. Es advertencia y sirve de alarma.
El tiempo nunca camina, corre; no puede nadar pero vuela.
El tiempo gasta y desgasta pero no muere. Sirve para ubicar y olvidar;
Gritar, callar, reír, llorar, mil cosas más.
El tiempo sana, alivia. Limpia.
Ordena y desordena. No se ve pero se siente.
El tiempo siempre está presente.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Querer es poder


Aún sabiendo que nada podía mejorar, aún sabiendo que todo podía empeorar, 
aún sabiendo que no tenía nada cuando lo tuvo todo, aún; aún así, creía en sí misma. 
Creía en sí misma porque estaba lo suficientemente loca como para creer en ella:
Creer que lograría sus sueños. 

jueves, 13 de noviembre de 2014

De mí para ti



«I'm the hero of my story: I don´t need to be saved»


Me sumerjo cada vez contigo en el valle de tus lamentos;
no para rescatarte sino para que lloremos contentas. 

No necesitas a nadie que te rescate,
te basta (aunque a veces no lo sientas así) contigo misma.
Pero tú bien sabes que sí necesitarás compañía.

Como alguna vez leí:
"Soy una familia de un solo miembro",
porque recurres a ti misma. 

No importa que nombre me pongas 
porque siempre seré tú; esa misma:
Aquella que te hace compañía cuando más la rechazas.


jueves, 16 de octubre de 2014

Jamás llegaste

Escuché tus pasos pero nunca llegaste; no terminaste de llegar, en realidad. 
Te imaginé. Cada paso que escuchaba era una parte de ti.
Te vi. Aún cuando no te había visto en persona, te vi: Conmigo. Junto a mí. 
Te vi en esa oscuridad que aparece al cerrar los ojos.
Te quise, te quiero.
Tengo tantas ganas de que estés aquí, te quise ahí. 
Me quise ver contigo, me quiero ver contigo; tú junto a mí.
Te llamé. Aclamé tus palabras; te llamaba de la única manera que podía: Esperar. 
Esperar para que me escucharas, para que llegaras.


(…)

Jamás llegaste.
Me quebré.

viernes, 10 de octubre de 2014

Contigo sin mí

Me quedé contigo por miedo de quedarme conmigo.
Me quedé contigo por que ya sabía que me haría menos daño que si yo me estaba conmigo; haciendóme añicos hasta dejarme rota. 
Sabía que eras la mejor compañía, aún si me hacías daño no sería como el que yo me haría a diario, sin que mis labios pronunciaran tu nombre pero que en mis pensamientos bailara y hasta gritara como te llamas. Sabía que me acogerías, que me resguardarías aún de yo misma porque me llegaste a conocer y sabes que en situaciones extremas puedo llegar a ser destructiva. 
Sabía que me hacía menos daño el irme contigo: Abandonarme para regenerarme otra vez; completa, sana y quién sabe, hasta nueva.
Sabía que era mejor irme contigo. 

Yo lo sabía pero nunca supiste que hubiera deseado que te quedaras, que me dejaras quedarme conmigo misma sin llevarte lo que alguna vez te regalé. Sabías  todo pero nunca supiste que era todo:  Y, quedarme conmigo y contigo, lo es todo.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ser

Quiero hacer y a la vez, ser.
Mía, tuya, feliz, triste... Sin y con. Conmigo y sin ti.
Ser. 

Ser yo misma ante este mundo que me dice que hacer. Ser yo la que haga pero ser. Ser siempre yo y no alguien que debería de ser.

Ser. Tan simple y tan complicado
Quiero ser quien soy. Esa que se esconde (o se exhibe) en cada letra que escribe. Esa que es sin querer ser. Esa quiero ser.

lunes, 28 de julio de 2014

Who wants who now?

I wanted you.
Since the very first moment I met you, I wanted you. I wanted you in so plenty numbers of ways you could never imagined.
You saw me. You saw me and I looked at you; as I did, I started to liked you. You didn't notice and still you don't when you smile at me that you have crushed me. Crushed in a form you wouldn't believe, or understand.
As I saw you, I knew you; Right between your black and curious eyes wondering who I am and questioning yourself if I'm afraid to let show myself. I smiled as I noticed, you laughed trying not to pretend how you want to show your real self to someone, someone that perhaps can be me.
While you laugh in a smile to cover up the pain, you wouldn't recognized yourself after what I sense you've been trough; you think you know how to hide it but you don't look at yourself just like I look you.
But you're clever, and I dare to say even smart to know what I know from what I noticed of you. And you did, you know it: You let me get in your thoughts, making me surrender in wonder and you surprise me, as I know I surprise you too.
As time goes by, you show you want me as I wanted you in the beggining, and as I still do.
So, who wants who now?

viernes, 27 de junio de 2014

Sadness makes friends

I saw his eyes: He was sad. Sad in a painful way, sad in a marvelous way. We started talking while I was thinking to myself I should not ask him why he was or looked like that; And I didn't. I didn't even when his mouth was moving as he spoke, full of words with a big and beautiful smile, that felt he wasn't smiling  inside. That he was pretending.
It almost looked as if he was crying when he smiled.
I could not stand anymore and I hurried to touch his shoulder and stare at him trying to stay silent until a tear of his left eye started to cross down his face as he reached for me and hold him in a strong-breath-taking hug.
What a painful and beautiful crying he made. Almost as if he was told he had a disease or anything of that kind, almost as if he was dying.
Until that time, I have never knew someone that was as miserable as he.
And to be honest, I do not want to know anybody else.

viernes, 28 de marzo de 2014

A veces basta no saber

No sé si soy yo o no sé si es él. No sé como es que me conquista y como se gana mi afecto, tampoco sé como se atreve a mirarme con los ojos llenos de amor.
No sé si me quiere, no sé si lo dejaré de querer; no sé si seremos ni tampoco sé si ya somos.
No sé. No sé nada de él pero conozco mucho; no conoce nada de mí pero cree saber todo. Y la verdad, a veces, sólo eso basta: Creer.
Y, por eso, creo que no sé.

martes, 4 de marzo de 2014

Querer no siempre es poder

Justo ahí supe que no podía tener algo con él. En ese preciso instante que me miró con sus grandes ojos negros clavándome una mirada de amor, supe que no podía. No podía sentir algo hacia él, no.

No sé si era el querer tanto que sabía que no podía o el poder tanto que no sabía si llegaría a querer. Negar las cosas aumenta el deseo pero no sucedería conmigo, no. No dejaría que pasara.
Pero pasó. Pasó así pasan los años, las estaciones, el llanto, la vida... Porque tenía que pasar.


Así pasaba dando vueltas su nombre y todo lo que tenía que ver con él en mi cabeza. Pasaba tanto que ya ni sabía que me estaba pasando. Y, es que... fue tanto lo que había pasado entre él y yo.
Nunca creí que sucedieramos, nunca creí el coincidir hasta que sus ojos hablaron todo lo que nunca me dijo y nunca diría. Desde que lo conocí, fue así. Su mirada decía mucho más y todo de lo que no salía de su boca. Esa pequeña boca que era mentirosa, sarcástica y hasta narcisista pero con finos labios que derretían al tocarlos, al besarlos.

Empezamos como un juego, un juego donde ganaba el mejor pero ni él ni yo, llegó a pensar que se volvería algo más. Se dejó en claro que no seríamos amigos, tampoco novios aunque nunca le importó lo que seríamos con tal de ser. Aprendí eso de él.

Me quería, a su manera pero me quería. Lo llegué a querer. A mi manera, también. Nuestras formas de querer eran diferentes pero complementarias.

No fuimos una historia de amor, tampoco amor de un rato. Fuimos ambas a la vez.

Lo quise, lo quiero y lo querré. Aunque no quiera, aunque no pueda y aunque no deba. Comencé a quererlo justo cuando me dije que no podía dejar de quererlo aunque pasara el tiempo; Fue en ese preciso momento que éste recuerdo empezó.

sábado, 25 de enero de 2014

La felicidad

Hace un par de meses me preguntaron si era feliz. No respondí pero mi mente voló instantáneamente a como las lágrimas caían por mi mejilla derecha y empezaban a caer por mi izquierda… Recuerdo como me sentía y quién hubiera dicho que era sólo el comienzo del viaje tan largo que me esperaba.

Rara vez las cosas que empiezan mal terminan bien pero había algo en mí que me decía que así sería: Acabarían bien. Confié. “La esperanza debe ser lo último que se pierda”, me dije. “Todo está en qué perspectiva veas las cosas”, me animé.
Siempre había tenido más de lo que yo pudiera pedir, pero nadie me dijo nunca que al crecer no sería lo mismo. Lo aprecié pero no tanto como lo valoro ahora. Me dejé llevar y pensé que iba a durar para siempre. “Ni el amor es para siempre”, habló una voz dentro de mí.

Y, así son las cosas: Nada dura para siempre… Todo tiene un final. Ahora lo sé pero antes no lo entendía. El tiempo hizo lo suyo. Crecí y me adapté a las situaciones. Acepté lo que con los momentos vividos confirmo: La felicidad es un viaje; no un lugar. Solía creer que la felicidad era un lugar, un lugar donde se puede estar en armonía consigo mismo y sí existe, pero está dentro de cada persona; Está dentro de cada persona realizar su travesía porque la felicidad es el viaje de la vida. Para mí, la felicidad es ahora ese viaje constante y el camino más estrecho en el que voy descalza entre tantas piedras, moviendo cada una de ellas para seguir siendo feliz.

Creo realmente que ser feliz está en uno mismo. Si no se es feliz consigo mismo, ¿Cómo se podría ser con los demás o con la vida? Y, aunque ser feliz y la felicidad no parezcan o suenen lo mismo, tienen un significado en común: armonía. Esa armonía que, aunque las cosas no estén como se desean, encuentra un equilibrio entre todo lo  bueno y malo. Pero he ahí: La felicidad tanto como ser feliz es una decisión y cada quien elige si tomarla.

La felicidad es subjetiva y objetiva, según mi punto de vista. Subjetiva porque a cada persona le ha tocado vivir una vida y cada uno la idealiza a su manera y, es así, como también es objetiva porque cumple con una finalidad: Estar en armonía con el alma, cuerpo, mente y corazón además de consigo mismo. La felicidad es ver mucho más allá de los problemas y de lo que nos presenta el mundo, es crear nuestra propia realidad.


Recorriendo los laberintos que encierra la mente, vino a mí aquella pregunta que pensé había olvidado (o eso había tratado de hacer) hace ya un tiempo por lo que ahora me pregunté a mí misma si era feliz.  La respuesta fue “sin duda alguna que sí”; Claro que sí soy feliz porque he decido ver más allá de mis problemas, tratando de hacer y ser mejor las cosas. He decidido ser feliz porque ahora comprendo, entiendo y sobretodo, que la felicidad es un camino. Largo, por cierto pero que siempre valdrá la pena caminar.