domingo, 7 de mayo de 2017

Pausas al infinito: Sé que estás

Todavía tengo en los labios el último beso que me diste. Aquel, que me diste jugando. Ese que me diste sonriendo. Siento como si fue ayer y a veces no sé cuánto tiempo cabe en ayer.

Me había negado a escribir… sobre todo, me negué a escribir de ti. Cualquier pensamiento que tenía con urgencia en medio de mis dedos, lo hice desaparecer; dejé de pensar. En todo. De todos. De mí. Sin olvidarme de ti.

Un día de abril (¿o fue septiembre?), no sé si recuerdas, dijiste: a veces cuando las personas se van es cuando más se quedan. Seguiste mirando la televisión (y bebiendo cerveza) como si no hubieras dicho nada, como si no pasara nada. Ignorando (como siempre) lo que sentías pero por momentos se escapaba de tu boca. No encontré qué decir y solo fui valiente para abrazarte.

Como son las cosas porque supe, después de haberte oído, que ese pensamiento tuyo se quedaría conmigo; se grabó.

He muerto muchas veces en estos días y nadie se ha dado cuenta.

He vivido más de lo que puedo contarte y aun así no me basta.

Te quiero conmigo, te quiero para mí. Necesito tocarte, verte. Aunque sea verte sentado a la par mía sin decir nada porque sé que estás. 

Nunca entendí de compañías ni la importancia de ellas hasta ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario