sábado, 6 de enero de 2018

Incógnita

Cerró los ojos y contó hasta diez tratando de calmarse. Respiró. Hizo una pausa para tomar más aire y suspirar.

Sonó el celular y manteniendo los ojos cerrados, lo cogió de la mesa de noche para contestar: era Elena, su novia deseándole un buen día. Su voz lo animó un poco y dejó de lado como se había sentido al despertar. Se despidió de ella diciéndole que ansiaba verla para almorzar. Elena sonrió y colgó.

Max apretó sus párpados y de un salto, se levantó de la cama. Tomo una ducha, se vistió frente al espejo y se perfumó sonriendo para sí.

Al entrar en la cocina, ya olía a café. Tomó el desayuno con la mente en blanco, tratando de concentrarse en lo que estaba comiendo. 

Fue entonces cuando todo sucedió.

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