miércoles, 27 de marzo de 2019

Captura de un instante

He guardado centenar de miradas en la película que es mi memoria sin embargo, tengo muy presente los ojos tristes de quienes caminan alrededor de mí sin verse unos a otros por la prisa de llegar a la siguiente parada, por la urgencia de llegar a su destino. Les he podido ver el cansancio que no solo los movimientos de sus cuerpos transmiten también la mirada que dan hacia lo que es ya una rutina en su vivir.


No les conozco, no sé quienes son estas personas pero las compadezco.

Sé que desean algo mejor, sé que esperan algo mejor y puedo notar lo arduo que trabajan para lograrlo aún cuando el ambiente no aporta y cada día por no decir casi cada hora, enfrentan obstáculos para llegar hasta donde quieren. Y, que a pesar de ello, todavía no llegan y saben muy dentro de sí que tal vez nunca lo alcancen.

Sin embargo, siguen. 

Se levantan porque la necesidad es mayor que el miedo de todo lo que les puede pasar.

Se imponen al riesgo para sobrevivir y esperan poder solo disfrutar algún día: sin trabajo, con suficiente dinero y satisfechos por lo logrado.

No sé las historias de cada uno de ellos, lo que viven a diario y tampoco conozco sus nombres. Lo único que sé es que los puedo llamar mis pares y me jacto de orgullo cómo de admiración por hacer del esfuerzo propio volviéndolo un todo para continuar en este país.

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