Hace un año como deseo de cumpleaños, pedí que fuera feliz.
Muy feliz, la verdad.
Y, así ha sido: creo que he vivido uno de los años más felices por todas las cosas que me han pasado.
Para mis veintitrés y con los tres pasteles que partí, me atreví a pedir diferentes deseos pero agregando los deseos anteriores: pedí ser feliz, pedí que pudiera con todo y contra todo, pedí que el amor no me faltara. Al soplar las velitas para el último pastel, me dije los tres deseos como quién cree en Dios: con fe y esperanza. Le agradecí más días de vida para disfrutarlos a plenitud y que me ayudara con mis malos ratos, por que al fin y al cabo, los necesito para aprender. Ser feliz también tiene sus altos y bajos pero creo que con el p(a)esar de los (d)años te enseña que vos podés.
Solo hay que mirar hasta donde has llegado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario