Guardo conmigo el beso que no te di.
Guardo conmigo aquel último beso que deseé haberte dado.
Escucho tu risa en las silenciosas noches y recuerdo tu forma de ser, recuerdo y añoro tu forma de ser conmigo. Porque tú nunca mentiste, porque tú nunca fuiste alguien que no era.
Siempre fuiste tú: real e irreverente, fiel a sí mismo y con mucho amor por dar.
Guardo ese beso porque sé que te lo voy a dar.
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