No sé desde cuando lo supe pero sí recuerdo la noche en la que descubrí cuán tentativas pueden llegar a ser las madrugadas cuando estás con la personas correcta.
Lo adictivas que se vuelven cuando cedes a lo que el cuerpo pide, cuando te dejas ser y disfrutás.
Perderse en el goce y restar importancia a lo que está a tu alrededor.
Todo cabe en las noches de la ciudad... Donde el momento lo guardas en las carcajadas que das.
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