Le he dado la vuelta al mundo y en lo poco que conozco, he vuelto a ti.
Tú, que has viajado pero no has conocido, has estado siempre para mí. Déjame que así lo piense, que así me lo crea; como un paliativo a todo lo que ha ocurrido entre nosotros.
Sin embargo, regresamos.
Sin embargo, aquí estoy frente a ti con una oportunidad más a la cuenta que ya perdí.
Sin embargo, ahí estás: tratando conmigo y enfrentando todos los obstáculos que me esmero por darte para que salgas vencedor como solo tú sabes.
Siempre vuelves porque nunca te has ido y siempre me haces regresar a ti aunque me despida centenar de veces.
He ahí nuestra sentencia.
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