Apreto fuerte tu mano y sé que es momento de irme, tengo que irme. Por mucho que me quiera quedar, tengo que irme.
Te abrazo y me abrazas fuerte, busco tus labios y los encuentro esperándome: Me reciben con intensidad, con ansias, ganas. Me esfuerzo por despegarme de ellos y termino por darte pequeños besos en la cara mientras me abrazas.
Mañana será otro día y no creo que recuerdes esto.
Mañana será otro día y yo (te) seguiré escribiendo.
Te quedas conmigo cada vez que me voy.
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