Todos estamos tristes.
Todos estamos solos pero convivimos, a la vez.
Todos reímos
y lloramos al reír. Todos estamos aquí queriendo estar en otra parte.
Todos
sufrimos y callamos.
Todos vemos pero fingimos no ver.
Todos hemos perdido a
alguien.
Todos tenemos a alguien esperándonos en el cielo.
Todos somos hijos
del miedo.
Todos tenemos la esperanza de regresar a casa con bien.
Todos
trabajamos y a nadie le sobra el dinero.
Todos somos presas de la inseguridad.
Todos somos serios a la hora de
preguntar.
Todos tenemos una historia que contar.
Todos sabemos la cara de la
violencia y la vemos a diario.
Todos somos desplazados por el miedo.
Todos
hemos oído hablar de la guerra y todos nos sentimos en guerra.
Todos somos esos
saldos dejados por la violencia.
Todos vemos caras pero no sabemos de
intenciones.
Todos desconfiamos.
Todos guardamos (todavía) un poco de fe.
Todos
somos pequeños pero grandes en corazón.
Todos vivimos para sobrevivir.
Todos somos caras disfrazadas de alegría.
Todos vivimos este calvario.
Todos aquí somos salvadoreños.
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