No sé si soy yo o no sé si es él. No sé como es que me conquista y como se gana mi afecto, tampoco sé como se atreve a mirarme con los ojos llenos de amor.
No sé si me quiere, no sé si lo dejaré de querer; no sé si seremos ni tampoco sé si ya somos.
No sé si me quiere, no sé si lo dejaré de querer; no sé si seremos ni tampoco sé si ya somos.
No sé. No sé nada de él pero conozco mucho; no conoce nada de mí pero cree saber todo. Y la verdad, a veces, sólo eso basta: Creer.
Y, por eso, creo que no sé.
Y, por eso, creo que no sé.
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