Hace un tiempo le escribí a tus ojos pero hoy, hoy quiero escribirte a ti.
Quiero que sepas lo mucho que has cambiado y como eres cuando quieres ser bueno. Siempre has sido de buen corazón sin embargo, tus intenciones no las habías trazado como lo has hecho hasta hoy.
Te felicito, me alegro por ti. He creído en ti incluso cuando tú desconfiabas de mí.
Y, henos aquí: una vez más pero ésta última como la más diferente y especial que todas las anteriores.
Si me preguntaras, con sinceridad te diría que ese último día ha sido el mejor que hemos compartido tú y yo. Al fin, pudimos poner a un lado las mentiras para dejarnos ver tal cual.
Quiero que esa vez la recuerde tanto mi memoria como la ha abrazado el cariño que te tengo a pesar de todo lo que nos hemos hecho.
Hace tres años le escribí a tus ojos, esos que tanto me gustan pero, es a ti a quien ahora dedico un par de letras: por lo que te has convertido, ese quién yo llegué a conocer y que yo sabía que serías si te proponías mejorar a pesar de las dudas en mi cabeza mas no las de mi corazón.
Yo te vi y hasta el día de hoy, te seguiré agradeciendo por haberme visto y querido aún con mi inmadurez mezclada de berrinches hacia ti.
Y, aunque hace un tiempo me dije que no te consideraría importante, ahora sé que sí lo fuiste y que lo serás siempre.